Porque todos los dioses de los pueblos son ídolos; Mas Jehová hizo los cielos.
1º Crónicas 16:26
El conocimiento y la sabiduría de ser humano es cada vez mayor, y a medida que se van dando pasos en la ciencia y descubriendo nuevas cosas, se van derribando viejas creencias o hipótesis científicas que se creían ciertas cambiando estas por otras nuevas.
A veces pensamos que hay situaciones en nuestro planeta, como puede ser un desierto o una laguna, que es inútil, ¿para que queremos hectáreas y hectáreas de terreno sin apenas vida animal o vegetal, tierra estéril?, lo mejor es repoblarla de árboles, de vida animal… o secar las lagunas y aprovecharlas para el cultivo, etc.
El otro día veía un reportaje que mostraba el gran beneficio que el desierto del Sahara traía a todo el planeta, no solo en la regulación del clima sino que desde la estación espacial internacional se comprobó que el polvo en suspensión provocado por los vientos en el Sahara y las tormentas de arena llegaba hasta el amazonas, llevando a esta región nutrientes y fertilizantes para todo el suelo de la gran región del Amazonas.
Yo realmente soy un gran ignorante en muchos campos de la ciencia, pero cada vez que pongos mis sentidos y mi sabiduría e inteligencia a analizar el funcionamiento del mundo que nos rodea llego a la misma conclusión, detrás de toda la naturaleza, de todo lo que vemos, sentimos y tocamos hay un orden, unas leyes pensadas, planificadas y puestas en funcionamiento, nosotros sólo nos dedicamos a descubrirlas. La frase usada por Dios una y otra vez en la creación “y vio Dios que era bueno” cobra sentido.
“Y vio Dios todo cuanto había hecho, y era bueno en gran manera” (Génesis 1:31).
Es momento de parar, antes que sea demasiado tarde, es momento de dar un nuevo enfoque a nuestra existencia, no podemos quedar impasibles ante la evidencia. Nuestra inteligencia, nuestro razonamiento tiene dos varas de medir, si en un río encontramos piedras labradas en forma de punta de flecha, o de hacha, no decimos que son fruto del azar, sino que son piedras labradas por nuestros antepasados, las recogemos como un gran tesoro y las ponemos en los museos, pero a la vez vemos una hermosa flor y decimos que ha sido fruto del azar, ¿Cuál de las dos cosas es más difícil de crear?
Busquemos a Dios y acerquémonos a él, pues él dijo al pueblo de Israel:
Diles, pues:
»Así ha dicho Jehová de los ejércitos:
Volveos a mí, dice Jehová de los ejércitos,
y yo me volveré a vosotros,
dice Jehová de los ejércitos.
Zacarías 1:3
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